martes, 19 de junio de 2012

VIAJE A LA ALCARRIA.

Ya hemos pasado de largo el famoso "40 de Mayo" y la verdad es que se nota, estos últimos días conducir la moto por la ciudad era algo parecido a entrar en una sauna turca por lo que hoy cogemos las motos con ganas de escaparnos del sofocante calor de la ciudad y buscar ambientes más llevaderos.

Una de las opciones que teníamos era la de recorrer alguna zona donde abunde el agua, con la posibilidad de refrescarnos por el camino si llegara el caso, por lo que siguiendo los pasos de Camilo José Cela, vamos a hacer nuestro propio Viaje a la Alcarria.

Tempranito, para aprovechar el día, salimos dirección N-E, por la rápida autovía que nos sitúe cuanto antes en materia.

Nuestra primera parada es en Torija cuyo castillo ya nos saluda desde lejos, subido estratégicamente en lo alto de la montaña.



Es un castillo pequeño, que con las labores de mejora ha quedado como si fuera una maqueta grande de los antiguos Exin Castillos con los que jugaba de pequeño.


El castillo es del sXV, construido por la familia Mendoza y en la actualidad se utiliza como Centro de Interpretación Turística de la provincia de Guadalajara.



 Junto al castillo se encuentra el ayuntamiento


Y una tranquila Plaza Mayor en la que dan ganas de sentarse un rato a la sombra de los árboles y escuchar el bullicio de las golondrinas revoloteando sobre nuestras cabezas.


Antes de abandonar Torija encontramos muestras de que Camilo J. Cela pasó por aquí en su viaje.


Ahora mismo esta casa no pasa por su mejor momento y no da mucha confianza el dormir dentro.


Seguimos nuestro camino dirección Brihuega que descubrimos escondida en el fondo del valle que forma el rio Tajuña a su paso.


Hacemos otra parada para dar un paseo y contemplar los restos de su muralla, de origen árabe, y pasar por alguna de sus puertas de acceso al interior de la zona amurallada como por ejemplo esta Puerta de la Cadena.



En nuestro paseo descubrimos la Fuente de los 12 caños de la que mana un agua fresquita que incita a salpicar al que más cerca tengas ¿verdad annette?



Y a la espalda de la fuente encontramos el Lavadero, donde antaño se hacía la colada de todo el pueblo en esta macro-lavadora manual.


Parece que la razón de estas dos pilas era que en una de ellas se hacían las labores de lavado y en la otra, la de aclarado de la ropa.


Otra de las construcciones que no faltan en Brihuega son las iglesias, como esta de San Felipe de estilo románico.


 Esta otra Iglesia de San Miguel también de estilo románico y que ahora está destinada a actos culturales.


Sin duda Brihuega merece una visita más detenida que dejaremos para una próxima vez, por ahora volvemos a subirnos a las motos y seguimos nuestro camino alcarreño hacia nuestro siguiente destino.

Estábamos disfrutando de la conducción por una carretera (CM-2011) que copia fielmente los meandros del curso del Tajuña, inseparable compañero a escasos metros a nuestra derecha, cuando de repente nos encontramos con esta maravilla.


Unas cascadas naturales que salen directamente de entre las rocas y la vegetación.


La verdad es que nos dejó sorprendidos el encontrarnos algo así al borde mismo de la carretera.


Un poco más y me cae todo el agua encima, ¡¡¡Annette date prisa que me mojo los pies!!!


Junto a la cascada hay un Caserío labrado en la misma roca, ahora mismo está abandonado y tiene un aire misterioso y atrayente.


Escaleras, terrazas, grutas, barandillas.... todo ello tallado sobre la piedra blanca de la montaña.


Ahora la carretera se aparta del cauce del rio Tajuña y se hace más recta y aburrida


En nuestro camino se cruza el pueblo de Cifuentes, lugar de nacimiento del rio con el mismo nombre y donde no es difícil encontrar alguna fuente en sus calles (cien-fuentes=cifuentes).




Dan unas ganas terribles de meterse a nadar en este agua tan cristalina, como lo hacen los patos aunque este parece que se ruboriza un poco al sentirse observado.


Nosotros, por ahora, nos conformaremos con parar en una terraza y refrescarnos con unas coca-colas.


En este bar encontramos un cliente muy curioso


Se hizo pronto amigo de Annette el muy zalamero


Como se nos hizo inseparable, también quería salir en la foto, aunque no salió muy favorecido.


El bar tiene una curiosa colección de pines que traen los clientes (para la próxima visita le regalaremos uno).


Y también luce orgulloso la bufanda de su club de fútbol cifontino


Lamentablemente, por lo bien que se estaba en esta terraza a la sombra de las parras, tenemos que continuar y despedirnos de nuestro amigo gatuno hasta un futuro encuentro.

¡¡¡¡Que ven nuestros ojos!!! estas dos montañas gemelas que se ven en el horizonte no pueden ser otras que las famosas "Tetas de Viana", declaradas recientemente monumento natural.


No he encontrado en internet fotos "de cuerpo entero" de esta famosa por sus pechotes Viana, pero sin duda debió ser una buena moza de la comarca. En esta foto, aparecen también las chimeneas de la Central Nuclear de Trillo haciéndole competencia de voluptuosidad en el horizonte. 


A partir de este punto empieza un paraíso de curvas, de buen asfalto y bonitos paisajes. Nos despedimos de la línea recta:


Y empezamos a gastar los flancos del neumático



Bordeando el Embalse de Entrepeñas 




Curvas en subida, en bajada, con visibilidad, ciegas, con estupendo asfalto, con vistas al embalse, con muchas motos con las que cruzarse y saludar....¿se puede pedir más?.




Esta maravilla de carretera nos lleva hasta Sacedón, bien conocido por los moteros de la zona centro y excusa perfecta para hacer otra parada técnica para refrescarnos y hacer un poco de "terracing" junto a unas jarras heladas de cerveza con limón.


Mientras las motos descansan aparcadas a la sombra de la Iglesia de la Asunción que domina el centro del pueblo.



Seguimos encontrando signos de que Camilo J. Cela aparcó su moto por aquí cerca y disfrutó como lo estamos haciendo nosotros ahora.



Y como no solo de beber se alimenta el cuerpo humano y ya va siendo hora de reponer fuerzas, pues eso...


Hemos saciado el hambre y hemos visto pasar las horas de mayor calor al fresco de esta terraza por lo que es momento de volver a las motos e ir acercándonos a casa...... pero sin prisa.

Desde este mirador se contemplan unas vistas increíbles de lo que llaman Mar de Castilla




¡¡¡¡¡Hola!!!!, estoy aquí.


 Sacedón.


Después del Desafio Extremo subiendo estas montañas al estilo Jesus Calleja, volvemos a las motos


Para seguir desgastando los neumáticos más por los lados que por el centro, todo hay que decirlo.





Volamos bajito, como la paloma de la paz que nos acompaña en la ladera de la montaña


Finalmente llegamos a casa y en "nuestro" Balneario de Aguas Termales formado por la alcachofa de la ducha y los grifos de agua fría y caliente....


...quedamos como nuevos para preparar la próxima ruta motera.

Un saludo.