lunes, 28 de mayo de 2012

1º DESAYUNO (PENOSO) POR LA SIERRA.

El calificativo de "penoso" lo he añadido en mitad del título, más adelante sabréis el por qué.

El domingo nos unimos a una asociación motera que organizaba una ruta por la sierra con parada final destinada a llenar nuestros estómagos, por un precio "anti-crisis".

No conocíamos a nadie pero el plan para un domingo soleado no estaba mal, después del almuerzo la gente se volvería a casa aunque nosotros teníamos pensado seguir un poco más la jornada y aprovechar disfrutando de la moto y de las carreteras.

A la hora señalada en la convocatoria estamos preparados en el bar de reunión con un café bien cargado sobre la mesa para despertarnos del todo.


Van llegando poco a poco motos de todo tipo, parece que nos vamos a reunir bastantes moteros en esta ruta dominical.

En el momento de pagar la inscripción (6 euros) nos dan un plano con la ruta a seguir y unas normas de circulación en grupo para que no ocurran incidentes.

Los "chalecos amarillos" se preparan para iniciar la marcha y procurar que el grupo no se pierda ni se quede nadie descolgado.



Puesto que éramos muchos y "cada uno es de su padre y de su madre", para evitar problemas, nos colocamos lo más próximos posibles al principio de la comitiva.
Esto nos evitó vernos involucrados en una pequeña caída que hubo en mitad del grupo al poco de salir.

Tras la obligada espera en una zona segura en plena M-30, el grupo se vuelve a juntar y reanudamos la marcha con un "ligero" retraso sobre el horario previsto.

Salimos hacia la sierra por la A-6 buscando mejores temperaturas que el sofocante calor que empieza a hacer en la ciudad.



No somos los únicos en pasar calor, mirad que preciosidad de descapotable, su conductor también está disfrutando de sentir la sensación del aire en la cara cuando conduce.


En pocos kilómetros ya tenemos la sierra a nuestra vista, esperamos que allí al fondo haga más fresco porque la ropa empieza a pegarse a la piel aunque llevamos puesta ropa motera de verano.


Los organizadores se empeñan en llevarnos a todos en grupo y esto es muy complicado si atendemos a la variedad de motos, de experiencia en conducción, en que el tráfico no está cerrado y los demás vehículos  se cuelan en medio de la caravana,etc,etc.

Subiendo el Puerto de Galapagar la velocidad es irrisoria, por lo menos en los primeros puestos que era donde nos encontrábamos nosotros, a todo esto, los "chalecos amarillos" no tenían muy clara la ruta que nos habían repartido antes de la salida y en uno de los cruces se pasan el desvío, por lo que tenemos que parar en el arcén para unificar criterios y "recalcular la ruta" como diría mi GPS, jejejejeje.

Este es el momento en el que los "guías"  consultan su oráculo mientras los demás observamos la reunión.


Annette y yo tenemos una "mini-cumbre" particular en la que estamos a punto de abandonar tan desastrosa ruta e irnos por nuestra cuenta a pasarlo bien sin tanta compañía.

La procesión se pone otra vez en marcha y decidimos aguantar un poco más y darle otra oportunidad, menos mal que ver los paisajes que tenemos a nuestro alrededor merecen tomarse las cosas con calma.


Para corregir la equivocación orientativa de los guías, la solución que dan es dar la vuelta y volver sobre nuestros pasos, este es el momento en que nos saludamos los que vamos y los que vienen.


Por fin, retomamos la ruta correcta y a paso lento pero seguro seguimos disfrutando de la belleza que tiene esta zona y el frescor que se nota al pasar junto al pantano de Valmayor.


Viendo navegar a los veleros, algunos no sentirán la necesidad de surcar los mares desde la costa. El Monasterio de el Escorial al fondo observa las maniobras marineras de estos barcos.


Y nosotros aprovechamos para bajar aun más la velocidad que llevamos y mirar con un punto de envidia a los marineros de agua dulce que abundan en este pantano.


Otro paso obligado en nuestra ruta es el Puerto de la Cruz Verde, hoy domingo, con el día tan bonito que hace y a estas horas del mediodía no podía ser de otro modo que estuviera así de lleno.


Estamos ya en la última parte de la ruta organizada, bajamos el puerto en dirección a Robledo de Chavela por esta serpenteante carretera que por trazado y calidad de asfalto, hacerla es siempre un placer.



Tuvimos como acompañante no invitado en este tramo de carretera al helicóptero de la DGT que desde el cielo velaba para que ninguno de nosotros nos apartáramos del "buen camino" y fuéramos "como dios manda", menos mal que  "vimos la luz" desde lejos y estábamos todos sobre aviso. (que religiosos me han salido los comentarios ¿no?)


De todas formas, hubiera sido muy difícil, por el ritmo impuesto por los organizadores, que alguno se hubiera apartado de la Ley a la hora de circular por estas carreteras.


Y ya a una hora que más que desayuno (como así estaba anunciada la ruta) era hora de comer, llegamos al destino final: Navalagamella.


En un bar, en medio del pueblo, estaba preparado el avituallamiento de tanto motero sediento y hambriento.


La gente no tardó mucho tiempo en aparcar las motos, despojarse de las chaquetas, guantes y cascos y ponerse manos a la obra, nunca mejor dicho.



Y con la chasca a pleno rendimiento....


 Fueron saliendo uno detrás de otro platos tales como:




Sin olvidar la famosa morcillita...


Rico, rico,


Tu sigue haciendo fotos que ya verás cuando quieras echar mano del tenedor...


Los "inconvenientes" de la ruta habían quedado olvidados a cambio de estos momentos de gula y voracidad.

Otro buen detalle fue que por el mismo precio de la inscripción la bebida también estaba incluida y aquello se parecía a las actuales promociones de "siempre lleno", antes de que se terminara lo que estábamos bebiendo ya pedíamos otra para  no quedarnos secos.

Terminado el desayuno-comida, la gente fue cogiendo sus respectivas motos y marchándose a casa, nosotros, todavía con más ganas de juerga, nos subimos a una de las mejores terrazas moteras de la Comunidad para tomar un poco el sol, sentarnos cómodamente y reposar la comida aun sin digerir en el estómago.


La vuelta a casa la hicimos en solitario, era lo suyo después de tanta convivencia moteril a primera hora del día. Aunque por estas carreteras no tardas mucho tiempo en cruzarte con otra moto.


La jornada no estuvo mal del todo, nos sirvió para conocer gente nueva, valorar lo bien que lo pasamos saliendo nosotros solos o con los íntimos que solemos hacerlo habitualmente.

Un saludo a todos y hasta pronto.


2 comentarios:

  1. Si es que no hay mal que cien años dure....
    claro ni quien viva para contarlo.
    La mucha gente no es buena ni para la
    guerra.

    V´ssss

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  2. Cuanta razón tienes....
    Mañana ruta en solitario y a seguir pasándolo bien.

    Chao.

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