lunes, 4 de octubre de 2021

OBJETIVO VELEFIQUE, EL STELVIO ALMERIENSE.

 Hola a todos.

Aún nos quedan días de vacaciones y volvemos a cargar la moto para hacer otra escapada motera.

Tenía en la carpeta de "pendientes" una visita al conocido Stelvio almeriense, por fin se alineaban los planetas para no dejar pasar más tiempo sin ir a recorrer aquellas carreteras. 

Empezamos con un fresquito que no esperábamos, 18ªC marca el termómetro, igual teníamos que haber puesto el forro a las chaquetas, cruzamos zonas con una niebla suave que hace más fría la mañana.

A lo largo de las rectas que nos llevan hacia Albacete dejamos a ambos lados de la carretera un sin fin de gasolineras abandonadas, el pasatiempo principal en esta parte de la ruta es ir dándole rosca al puño del gas para adelantar en un suspiro a los muchos camiones que vamos encontrando.

En uno de estos tramos rectos veo a lo lejos que un gato empieza a cruzar la carretera desde el arcén izquierdo al derecho, yo que le veo me voy al centro de la calzada para darle tiempo a que cruce, y cuando casi ha terminado de cruzar la carretera, se lo piensa mejor, da media vuelta y sale corriendo otra vez hacia donde había salido. Me dio un susto gordo porque pensaba que no me haría falta frenar y al final si que tuve que hacerlo y con ganas para no atropellarle. 

En La Roda hacemos la primera parada en un sitio típico, de los de toda la vida, yo creo que estaba allí antes de inventarse las carreteras.



Un desayuno para calentar el cuerpo y una cajita de Miguelitos para acompañar a los cafés.


Cruzamos Albacete y se acaban las rectas para empezar a ver alguna curva en condiciones, sobre todo cuando nos acercamos a Ayna.



Desde el Mirador del Diablo nos encontramos estas vistas de la zona.





Volvemos a la moto para disfrutar de esta espectacular carretera.


Ayna está en plena Sierra del Segura y por su orografía se la conoce como la "Suiza manchega"


Otro mirador que nos obliga a parar y cambiar nuestra montura por otra más "retro", jajajaja.

José Luis Cuerda dirigió  en este pueblo la película "Amanece, que no es poco" y han quedado recuerdos y una ruta para hacer a pie que recorre los escenarios en los que se rodó la película. 


La vistas que tiene el pueblo son impresionantes


 

 

Es hora de ponernos a comer y elegimos el Hotel Felipe II que tiene un menú que no está mal a cambio de un comedor con unas vistas a la montaña fenomenales.


Terminamos de comer y todavía nos quedan ganas de moto así que seguimos ruta hasta otro mirador, este es el Mirador de los Infiernos, 






Las carretera por toda esta zona son una pasada, curvas, buen asfalto, montañas a ambos lados, un continuo subir y bajar.

Pasando por algún pueblo en nuestra ruta, nos encontramos con esta escultura que en sus mejores tiempos fue un árbol.


Vamos perdiendo altura y las carreteras llenas de curvas, montañas y bonitos paisajes van quedando atrás al llegar a Caravaca de la Cruz


A media tarde hacemos otra parada para tomarnos un refresco y de paso reservar un hotel para pasar la noche. Con la aplicación de booking en el móvil no nos quedamos cortos o nos "obligamos" a hacer más kilómetros de los que quisiéramos para llegar a un destino fijado, además en esta época del año no hay problema para reservar en cualquier sitio.


Mientras elegíamos alojamiento, se acercó una niña pequeña con su cámara digital que imprimía fotos y nos regaló un recuerdo que guardaremos con mucho cariño.


Antes de llegar a nuestro destino y a pesar de las muchas obras que encontramos en la carretera, pasamos por Aguilas



Y en la Playa de Calarreona paramos por hoy la moto, justo antes de tocar el agua del mar.



Nos da tiempo a darnos un paseo por los alrededores porque hay un mirador y un bunker defensivo de los tiempos de la Guerra Civil que no podemos dejar de ver.





Y poco más para este primer día de escapada motera, cena ligera y a descansar para lograr mañana nuestro "Objetivo Stelvio Almeriense".

Con estas maravillosas vistas nos despertamos a primera hora de la mañana.


La idea que tenemos es recorrer la carretera pegados a la costa y nuestra primera parada la hacemos en Villaricos porque todavía tenemos pendiente el desayuno. 





Toda esta zona pertenece al Parque Natural Cabo de Gata-Nijar



La carretera, que no se despega de la costa, es una delicia recorrerla despacio, con el caso levantado y la brisa en la cara, escuchando música por la radio y viendo todas las calas que se abren sucesivamente a lo largo de nuestro camino. 

Vera, Garrucha y Mojácar son alguno de los pueblos por donde pasamos.




En el Mirador de la Granatilla hacemos una parada más larga para observar con calma el paisaje.    




Carboneras pone punto y final a nuestro recorrido por la costa, dejamos de ver el agua del mar y enfilamos al interior para meternos de lleno en la sierra de Almeria en busca de nuestro objetivo.

De camino a Tabernas hacemos otra parada en un bar al borde de la carretera que nos hace clavar los frenos para hacerle una visita.


Los coches americanos aparcados en el exterior y la temática de la mítica Ruta 66 llaman mucho nuestra atención.




Pasamos un buen rato tomándonos unas Coca-Colas tamaño americano antes de empezar a trazar curvas por el Velefique.



Pues sin prisa pero sin pausa giramos a la derecha en el desvío hacia Bacares y empezamos a subir el Velefique que ya lo tenemos frente a nosotros.


Un puertaco de 21km en pleno desierto de Almería al que también han subido este año los ciclistas de la Vuelta.



El asfalto es muy bueno, da mucha confianza y tiene buen agarre, no encontramos nada de circulación y vamos enlazando curva tras curva cogiendo altura en cada giro que hacemos.


Las curvas y los peraltes son algo más llevaderos que los del Stelvio genuino 


Llegamos casi a la cima y es momento de hacer una parada para mirar bien el paisaje.


Esta es parte de la subida que llevamos disfrutando hasta ahora



Y esta es la panorámica del entorno



Unos metros más arriba está la cima del puerto aunque en el cartel no se pueda leer nada gracias a los "pegatineros".


El Velefique ya está en nuestra "saca" de puertos recorridos, ahora nos toca bajar hacia Bacares que tampoco es moco de pavo.


Llegamos a Hijate y es hora de comer, paramos en un restaurante junto a la carretera donde comimos estupendamente, las curvas nos habían abierto el apetito. 



Después de llenar el estómago seguimos nuestra ruta cruzando el embalse del Negratin, en la comarca de Baza.




Y poco después entramos en otra zona extraordinaria para hacer en moto por sus carreteras y paisajes


Un poco mareados por tanta curva y tanto campo infinito plagado de olivos, hacemos una parada para refrescarnos y buscar en booking donde vamos a descansar esta noche.


Damos un último tirón para llegar a La Carolina, nos espera una buena oferta en este hotel que antaño fue convento




Una habitación super cómoda y una buena cena hicieron que durmiéramos como benditos esa noche.


Tercer y último día de nuestra escapada, poco que contar pues la previsión de tiempo era mala, anunciaban lluvias y no se equivocaron

Salimos pronto para intentar ser más rápidos que las nubes. Paramos a desayunar en Despeñaperros.



Impresionante la colección de parches que hay forrando las paredes





Finalmente nos pilló la lluvia, la primera vez que nos mojamos a bordo de este nuevo transatlántico con ruedas que llevamos. 

Lo mejor es que por mucho que llueva al final sale el sol y vaya si salió.


Unos días de descanso y ya preparando el destino del próximo viaje.

Hasta pronto. 

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