lunes, 5 de octubre de 2015

CAÑAS Y TAPAS CON EL FORO PANEUROPEAN.

El sábado amaneció con un cielo gris y plomizo, lo venían avisando los "hombres del tiempo" y lamentáblemente esta vez no se equivocaron.

La amenaza de lluvia no sirvió para desanimarme y a primera hora de la mañana estaba arrancando la moto para acudir a la cita que Pedro había organizado entre los amigos del foro Pan-european.

El lugar de encuentro era el Monasterio del Escorial y aproveché el camino para ir probando las ruedas nuevas que monté hace poco a la moto.

El primero en llegar fue Enrique que había madrugado más que yo, estuvimos de charla hasta la llegada de Pedro y Anipza que eran los que venían desde más lejos.


Con las ganas de pasar una buena jornada rodando con nuestras motos comenzamos la ruta.


Las primeras curvas para ir calentando motores y ruedas son las que nos llevan hasta el Puerto de la Cruz Verde.


Seguimos en dirección hacia Avila por buenas carreteras de curvas y paisajes espectaculares


En cabeza dirigiendo el trio de motos van Pedro y Anipza


Les sigue Enrique al que esta vez, y sin que sirva de precedente, no le acompaña su mujer, motera hasta la médula.


Y cerrando el grupo, farolillo rojo, moto escoba, último de la fila o como quiera decirse....voy yo.

Circulamos por una de mis zonas preferidas para pasarlo bien sobre la moto, recientemente la han asfaltado y ha quedado perfecta.


No me diréis que viendo estas fotos no entran ganas de ir para allá a recorrer estas carreteras otra vez.


Derecha, izquierda, derecha.... el mejor sitio para disfrutar de este baile es verlo desde atrás.


Ni siquiera las gotas de agua, que de vez en cuando aparecían en la cúpula de las motos, pudieron ensombrecer este momento de felicidad motera.


Y con estas caras de alegría hicimos la primera parada en "El Mancho", era hora del aperitivo.


Por suerte no tuvimos problema en coger mesa


Y no pudimos resistirnos a un rico pincho de tortilla que nos sentó de maravilla después de la ración de curvas que llevábamos en el cuerpo.


La tortilla duró poco en el plato, la charla duró bastante más porque estábamos muy a gusto "dándole al pico" mientras no paraban de pasar motos por la carretera a uno y otro lado.

Volvimos a las motos pues teníamos que reunirnos con más amigos que nos esperaban en Avila pero antes hacemos otra parada en los Toros de Guisando


Nos llevamos una desagradable sorpresa ya que lo que antes era una entrada gratuita para ver estas famosas figuras de granito, ahora hay que pagar 2€. Nosotros no lo hicimos y decidimos gastar esos euros en una caña al llegar a Avila.

Subir el Puerto de la Paramera es lo único que nos separaba para llegar a la ciudad fortificada.


Modernos jinetes sobre cientos de corceles bajo nuestros traseros nos acercamos a la muralla.



Ya nos esperaban Eusebio y Javier y de esta forma completamos el grupo.


Mención especial merece Javier que desde Burgos se ha hecho 300km en su flamante Paneuro blanca, para asistir a esta reunión de amigos: Bravo por ti!!

Dejamos las motos perfectamente ordenadas para disfrute visual de los paseantes de la ciudad


Nos ponemos en manos de Eusebio, que es el que mejor conoce la ciudad entre otras cosas porque vive aquí, para que nos enseñe los rincones menos conocidos y los mejores bares de la zona.


Esta visita turístico-gastronómica combinó la degustación de la amplia oferta de tapas que tiene cada bar de esta ciudad....


Con los monumentos propios de sus calles como por ejemplo su Catedral


El Palacio de los Velada y su impresionante patio interior.


Ni que decir tiene que el recorrido fue inmejorable 


Y la calidad de los aperitivos....no podían estar más ricos.


Cada visita a un nuevo bar le correspondía su cerveza (sin alcohol), su aperitivo y su rato de charla y después de no se cuantas paradas en diferentes bares volvimos a las motos.


Tras un breve recorrido callejeando tanto por el interior como por el exterior de la muralla


Eusebio nos llevó a un bar al que no sabría llegar ni con un plano en mis manos.



No nos podíamos ir sin probar las típicas patatas revolconas que terminaron de llenar el poco hueco vacío que nos quedaba en el estómago.


Decidimos poner punto y aparte a esta reunión en los Cuatro Postes, para inmortalizar con unas fotos esta primera quedada a la que seguro seguirán muchas más.



El regreso a casa lo hicimos únicamente Enrique y yo pues el resto del grupo tenían otros destinos programados. Recorrimos carreteras que tanto a el como a mi nos encantan y que compartiremos con cualquiera que se quiera apuntar a futuras salidas moteras.

Hasta la próxima.