miércoles, 17 de octubre de 2012

VOLVEMOS A MERIDA.

Es viernes y suena el despertador, pero esta vez no es para ir al trabajo sino para dar el pistoletazo de salida al primer día de nuestras esperadas vacaciones, y escapamos como alma que lleva el diablo a primera hora de la mañana con destino a Mérida para pasar un fin de semana en compañía de nuestros amigos José Pedro, Antonio y José (alias Ayuso), asistiendo a otra reunión de Moteros-Motoristas.

En la única parada que hacemos en el camino para desayunar y hacer un pis, nos encontramos dentro de la misma cafetería, un pequeño museo motero dedicado a la piloto femenino María Herrera Muñoz,

Una amplia vitrina de trofeos.


                                                              Las motos que utiliza.


Sus monos. 


Y también un "mono" diferente haciendo monerías.


Temíamos pasar mucho calor en el viaje y lo fuimos notando a medida que avanzaba la mañana, salimos de casa con 16ºC y ya marcaba el termómetro unos respetables 28ºC.


 Sin mayor problema y a buena hora llegamos a nuestro hotel para quitarnos el "traje de romano" sudoroso y esperar la llegada de nuestros amigos de ruta que llegarán por la tarde y por diferentes caminos.

Ese tiempo lo empleamos en disfrutar de la monumentalidad de Merida.



Y sorprendernos de la temperatura a la que se puede llegar si no nos ponemos a la sombra.


A media tarde van llegando Antonio, José Pedro y Ayuso con una buena cantidad de kilómetros recorridos y con ganas de pasarlo bien este fin de semana en estas tierras extremeñas.

Los miembros de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil vuelven a abrir un año más las puertas de sus instalaciones para juntar a motoristas de todo tipo, en unas jornadas de convivencia para conocer mejor las instalaciones y material del que disponen y utilizan para formar a los futuros motoristas de la ATGC.

Este año como novedad, se ha creado un pequeño "curso de conducción" para mejorar las habilidades de los que participamos en este encuentro.

Constaba de una parte teórica impartida en las aulas del centro.


 Y una parte práctica que se realizaba en las pistas exteriores donde los monitores primeramente mostraban el ejercicio que posteriormente deberían hacer "los alumnos".


El dominio que demuestran sobre la moto estos profesionales nos deja con la boca abierta a todos.



Antonio, Annette y yo, que no participamos en el curso, observamos desde el mirador las evoluciones de los participantes, entre ellos José Pedro y Ayuso que por cierto, no lo hacen nada mal.



Terminadas las practicas viene el turno de ruegos y preguntas a los profesores.


Mientras ellos sudan la gota gorda intentando seguir la rueda de los monitores.........cosa nada fácil, por cierto.




Nosotros "probábamos" el material del que disponen.




         ¡¡¡Cuanto ha perdido la Guardia Civil de Tráfico no teniendo a esta pareja en sus filas!!!

Y yo haciendo posturitas encima de la CB250.



No todo eran motos, aunque tenían menos visitantes que las motos.



¿Y que me decís de estos postes SOS que ya quedan como recuerdo de los tiempos en que nadie llevaba un teléfono movil en el bolsillo cuando salía a la carretera?


La tarde la empleamos en visitar, gracias a un descuento en la entrada, el Teatro-Anfiteatro de Mérida.


Escenario en el que los gladiadores ponían en pie al público romano que asistía a sus luchas.


Justo al lado, se encuentra el Teatro que ahora está vacio pero todos los años se llena para albergar el Festival Internacional de Teatro Clásico.


                                                       Miles de años nos observan

Otra invitación que nos hacen los organizadores es dar una vuelta a la ciudad en el Tren Turístico que recorre los principales monumentos que atesora Mérida.


                                                               ¡¡¡viajeros al tren!!!

Para terminar la jornada nos acercamos al embalse de Proserpina que está muy cerca de la ciudad, para disfrutar de un bonito atardecer con una cervecita fresca y en buena compañía.


El último día termina con una visita guiada muy amena a las instalaciones propias de la Escuela de Tráfico.



Junto a una charla-coloquio en el salón de actos impartida por un ex-motorista de tráfico que hace años sufrió un accidente laboral mientras conducía su moto.


La reunión termina y nosotros nos despedimos aquí de nuestros amigos pues Annette y yo nos quedamos disfrutando de la ciudad un día más (para eso estamos de vacaciones).


Ha sido un bonito fin de semana que prepara el camino a nuestras vacaciones moteras de este año, para ello tomaremos rumbo norte en busca de las montañas del Pirineo.

Un saludo y seguimos contando nuestras peripecias a continuación.

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