lunes, 28 de noviembre de 2011

CON PERMISO DEL CALIFA.

DÍA 24-11-11

Nos hemos encontrado Annette y yo, que por la famosa crisis que vivimos, las horas extra que lleva Annette acumuladas hasta ahora  no se las van a pagar, a cambio puede disfrutarlas en tiempo libre,  sumando las horas, al final han salido unos cuantos días que bien escogidos y colocados en el lugar apropiado hacen que sea un poco más larga la escapada motera que vamos a hacer.

¿Pero dónde vamos a ir en moto, a últimos de Noviembre, con la que está cayendo?¿Estamos locos o qué?

Previa solicitud urgente, debidamente sellada, al Dios Júpiter, dueño del cielo, la lluvia, el rayo y el relámpago, pidiéndole encarecidamente que hiciese un paréntesis de cuatro días en sus labores, elegimos ir al Sur, como sabiamente lo hacen las aves migratorias que buscan más calorcito en esta época del año y huyen del Norte.

Annette, equipada como una cebolla para la ocasión. Algún compañero de mi trabajo, viéndola de esta guisa le saldría la famosa frase: ¿pero que vas a dejar para el invierno?, la respuesta es fácil: NADA.
Sale con todo lo que tiene, esta vez incluso lleva puesto un sotocasco que no se pone nunca porque "le aplasta el pelo".
Tenía tantas ganas como yo de salir en moto, seguro que es por el síndrome de abstinencia pues los últimos fines de semana el tiempo fue nefasto y las motos estuvieron paradas y aburridas en el garaje..

Hemos elegido ir a Córdoba por cuatro motivos: está al sur, no conocemos la ciudad, no está demasiado lejos y tiene carreteras muy entretenidas en sus alrededores.
Teniendo todo el día a nuestra disposición vamos a ir por una ruta más interesante que por la aburrida autovía A-4.



Arrancamos a las 10:30 de la mañana, primera parada no muy lejos de casa, concretamente habíamos recorrido 17km. El sol molesta bastante y hacen falta gafas de sol para poder ver algo delante de nuestras narices.

Como vamos con todo el tiempo del mundo entramos en Toledo y subimos al conocido mirador para aprovechar uniendo lo bonito de la vista con lo bonitas que son las dos motos juntas.





Nos esperan largas rectas por la nacional que pierde su monotonía por los varios adelantamientos tanto a coches como a camiones que vamos haciendo al compás, en estos momentos me da por pensar lo fácil que se hacen estas maniobras con la moto y lo delicadas que resultan con mi petrolero de 4 ruedas y con 12 años a sus espaldas.

Pasamos por zonas bastante encharcadas coincidiendo con la zona de las Tablas de Daimiel


Cruzamos Ciudad Real sin nada importante que resaltar a excepción de que unas feas nubes de color negro zaino se están posicionando en formación cerrada delante de lo que tiene que ser nuestro camino.



Cerca de Puertollano lo que empiezan siendo unas gotas en la visera pasan a ser un aguacero que moja bastante la carretera, esto coincide con el momento en que la carretera empieza a serpentear un poco más que hasta ahora pues estamos entrando en la zona de Sierra Madrona.

Sin prisa pero sin pausa vamos haciendo kilómetros bajo la tormenta, Annette alucina con la cantidad de agua que levanta mi rueda trasera, normal pues todavía tiene bastante dibujo, le digo que aproveche el carril que voy secando a mi paso. Coronamos 3 puertos que parecen tachuelas pues no tienen apenas desnivel y con escasas curvas.

El aviso de reserva de la Bandit nos obliga a parar para repostar, tenemos suerte y junto a la gasolinera hay un restaurante en el que aprovecharemos para llenar también nuestro estómago, estamos en Fuencaliente.


Nos reciben entre insistentes maullidos un grupo de gatitos encantados de arrimarse a los motores calientes de nuestras motos.

Después de comer aun nos esperan las nubes pero ya no llueve, quedan unos 50km hasta Montoro, estamos en la comarca de los Pedroches y este tramo es super entretenido: carretera en suave bajada, llena de curvas de amplio radio, buen asfalto, bonitas vistas del valle del Guadalquivir cuando pasamos Cardeña.

Mientras hacía la foto veo por el rabillo del ojo unas formas oscuras moviéndose entre los arboles, me di un susto mayúsculo, las oscuras formas nos miraban con ojos de curiosidad.

Solo nos quedan unos pocos kilómetros de autovía para llegar a Córdoba, la temperatura ha subido sensiblemente y puedo ver en el display 18ºC. Gracias al GPS llegamos directos al hotel elegido, sin callejear mucho por la ciudad.

Descargado el equipaje, las motos guardadas en el parking del hotel y tras una ducha reparadora empleamos la tarde en perdernos andando entre las estrechas y laberínticas calles de Córdoba, disfrutando de la vista nocturna que ofrece el Puente Romano con la Mezquita al fondo, las tiendas abiertas, la gente paseando en las calles y escuchando de fondo la llamada que hace a los fieles el almuédano para la oración.



Mañana veremos todo más tranquilamente y con luz pero hasta ahora todo lo que hemos podido ver nos ha encantado.


DÍA 25-11-11

Hoy no toca coger las motos, bueno si, pero poco.

Desayunamos como solo en Andalucía se desayuna, dos buenas tostadas de pan, un buen chorreo de aceite virgen extra y tomate triturado por encima para terminar de adornar la tostada.
Cada vez que entramos en una cafetería a la hora del desayuno y veo preparados los tarros de paté, sobrasada, manteca colora, etc, para servirse uno mismo lo que quiera me entran ganas de comérmelo todo.

Hoy es día de visita cultural, decidimos que fuera hoy viernes porque pensábamos que habría menos turistas que el sábado, pero aun así vimos muchísimos turistas por las calles, sobre todo abundan los japoneses.

Las vistas de Córdoba, con la mañana tan bonita que tenemos, mejoran por momentos.


Cruzando el Puente Romano sobre el Guadalquivir nos encontramos con el Arco del Triunfo


Encontramos un atasco monumental, aquí hay que poner un guardia que ponga un poco de orden.


Lo primero que tenemos que ver es la Mezquita, entramos en su patio de naranjos y sacamos 2 entradas a 8€ cada una y una audioguía para enterarnos un poco de su historia. La imagen de la torre entre los naranjos es muy bonita.



Es espectacular la primera vista que se tiene del interior, con las filas de columnas y sus arcos de herradura en blanco y rojo, todo perfectamente ordenado.


La Mezquita sufrió varias ampliaciones y también conserva detalles propios de la época cristiana en que la ciudad es reconquistada a los musulmanes y la Mezquita pasa a ser Catedral.
Solo os enseñamos unos pocos detalles de los mil posibles dentro de la Mezquita: el Mihrab(indica la Meca)

El Altar Mayor.
El Coro.

Las Bóvedas



Después de la visita a la Mezquita que nos lleva un par de horas, nos adentramos en el Alcázar de los Reyes Cristianos, construido en 1328 por Alfonso XI fue residencia habitual de los reyes cristianos durante sus visitas a Córdoba. Entre sus muros se han gestado importantes empresas como el descubrimiento de América o la conquista de Granada. Podemos ver muy cuidados jardines entre fuentes y estanques.


Dentro de las fuentes podemos ver muchos peces de todos los tamaños y colores.


Lugar para disfrutar del paseo tranquilo y del sonido del agua, echamos en falta que junto con el resguardo de la entrada no dieran algún folleto explicativo del lugar.


Va siendo hora de comer, las estrechas calles están a esta hora llenas de gente, los empleados de los restaurantes se apostan a la entrada ofreciendo su lugar a los que buscamos sitio donde comer. Elegimos un restaurante con un patio interior muy bonito.


Para comer, como no podría ser de otra manera estando en Córdoba, pedimos un buen plato de salmorejo que nos sabe a gloria.

Después de comer vamos en busca de hacer una foto preciosa que he visto en postales, preguntando un poco nos enteramos que está hecha desde la Calleja de las flores, con un mapa de la zona antigua no es difícil llegar al lugar y disfrutar de la vista porque merece la pena.

Un amable músico callejero se ofrece para hacernos una foto a los dos juntos con la torre de la Mezquita de fondo.

Seguimos callejeando por estas estrechitas calles en las que la preferencia la tiene el vehículo más grande.

Otro lugar que queremos ver hoy es Medina Azahara pero está a las afueras de Córdoba por lo que tenemos que coger la Paneuropean y recorrer los poco más de 10km que la separan de la capital.

Llegamos a un edificio extraño que hace funciones de Centro de Interpretación donde asistimos a una entretenida y muy interesante película en la que se explica la historia, evolución y funciones de Medina Azahara, lugar de residencia del Califa y símbolo de su poder dentro del territorio de Al-Andalus.


La entrada es gratuita y merece mucho la pena conocer este lugar, desde el Centro de Interpretación suben unos autobuses hasta las ruinas de Medina Azahara que están a un par de kilómetros montaña arriba, su uso cuesta 2€ por viajero, arriba no hay zona de aparcamiento pero pensamos que muy mal tiene que darse para no poder aparcar una "pequeña" moto. Así lo hacemos y acertamos, la moto se queda a buen recaudo y podemos ver tranquilamente las ruinas.



Terminamos con las piernas doloridas de subir y bajar, pateando las calles y visitando monumentos todo el día, seguro que mañana tenemos agujetas.

De vuelta al hotel dejo el depósito lleno para mañana porque mañana si habrá moto y hay que salir preparado para la ruta que nos espera.


A la hora de la llamada del almuédano a la oración estamos dando de nuevo otro paseo nocturno por Córdoba, es una pena que en este tiempo anochezca tan pronto.


DÍA 26-11-11

Nos despertamos con una mañana estupenda para montar en moto (parece que hizo efecto la solicitud a Júpiter), y que mejor forma de comenzar el día que con un buen desayuno que nos cargue las pilas.


Esta será la ruta que vamos a recorrer hoy, sierra, curvas ,bonitos paisajes y buen tiempo ¿se puede pedir más?.



A las 10:30 empiezan a ronronear nuestras motos, el sol todavía no calienta demasiado y si dejo la visera del casco entreabierta entra un fresquito molesto.

Los primeros kilómetros por la N-432 son un poco sosos pero vienen bien para que las motos se vayan calentando poco a poco, uno de los primeros pueblos a los que llegamos es Espejo, un pueblo blanco (como todos los de la zona) que a estas horas y por sus paredes encaladas parece que refleja la luz del sol.


Entre Espejo y Castro del Río la carretera es en bajada y con curvas que nos animan la marcha buscando los puntos por donde pasar en la trazada.

En Castro del Río giramos a la derecha por una estrecha aunque bien asfaltada carretera que nos llevará a Cabra, sus 31 km son solitarios a más no poder y a ambos lados vamos flanqueados por infinitos campos plagados de olivos.


El único cuidado que tenemos Annette y yo es no pasar por encima de las zonas ensuciadas por los tractores que trabajan en estas tierras pues cuando salen de ellas al asfalto dejan toda la arena desparramada.

                                                       Unas fotos sobre la marcha.
A través del cuadro de mi "avión"
Un punto solitario en la inmensidad
La princesita en su moto
Yo también estaba.

Tenemos también la suerte de ver varear los olivos para poder sacarle ese oro líquido que guardan sus aceitunas, fatiga me entra solo pensar que hay que hacer esto con cada uno de los olivos que hay plantados.

En Doña Mencía hacemos un alto en el camino para tomarnos un cafetín calentito y mientras tanto vemos el trasiego de motos que pasan de un lado a otro por esta carretera tan motera.



Un cartel a la salida de la Venta nos hace recordar aquellos años en el colegio, en que nos preguntaba el profe dónde se situaba la Cordillera Subbética y la Penibética y no teníamos ni idea, pues ya no nos olvidaremos nunca más.


Cuando subimos en las motos vemos a lo lejos un pueblo curioso, decidimos hacer un desvío no previsto para admirar este bonito pueblo de Zuheros encaramado a la roca de la montaña.

A estas horas tengo que confesar que iba con los guantes de invierno guardados en el baúl pues el calor hacía que me sudaran las manos y el forro interior del guante se pegaba a la mano cada vez que me los quería quitar. Falta de previsión el no traer los guantes de verano pero quién podría haber adivinado que estaríamos a 18ºC en noviembre.

Dejamos Jaén a 15km de nuestra ruta, como la ciudad merece una visita más tranquila decidimos no entrar para verla mal y rápido, dejamos pendiente este viaje para un futuro.
Seguimos disfrutando la carretera hipnotizados con las lineas de olivos que se pierden hasta donde alcanza la vista, verdaderamente navegamos con las motos sobre un mar de olivos.

Buscando un sitio para comer llegamos a Porcuna, que no hay que confundir con Porculo. Nos cuesta bastante encontrar un restaurante y cuando ya hemos dado tres vueltas al pueblo paso al plan B que nunca falla: pregunto a un paisano y amablemente me indica la dirección de uno. Si hubiera preguntado antes.....

Siguiendo las indicaciones, llegamos a "El Triunfo", pues así se llama el restaurante, y un gran triunfo nos costó encontrarlo. Comimos estupendamente, bien preparado, bien presentado, todo riquísimo y no fue caro. Aquí si que triunfamos.


Terminada la comida volvemos tranquilamente a Córdoba, todo el regreso lo hacemos con el sol mirándonos directamente a los ojos, un poco molesto pero a cambio miro el termómetro y marca 20ºC, un regalo divino el tiempo que hemos tenido.

En Córdoba damos el último paseo por sus calles para comprar recuerdos y despedirnos de la ciudad hasta la próxima visita.


DÍA 27-11-11

Hoy es el último día de nuestra escapada improvisada y es una pena lo rápido que pasan los días cuando te lo estas pasando bien.

Preparamos una ruta de vuelta interesante desde el punto de vista motero: "huir de la autovía" en pocas palabras. Este es el plan de viaje.


Unos pocos kilómetros de autovía y nos salimos de ella en Pedro Abad dirección Adamuz, pasamos sobre el pantano que en estos momentos está rebosante.

De Adamuz a Villanueva de Cordoba, 300 curvas en una carretera que tiene tantas caras como un dodecaedro (bonita palabra), me explico: empieza siendo una estupenda carretera, pintada, con buen asfalto, con muchas curvas, subidas, bajadas. Pasados los kilómetros la carretera de repente se estrecha, ya no está pintada pero sigue bien asfaltada y las curvas en subida y bajada siguen igual de entretenidas que al principio. Estamos cruzando otra vez la comarca de los Pedroches.

                            Es que veo la foto y me entran ganas de volver allí a repetir el tramo.

Más adelante hay carteles que avisan de obras en la carretera y esta se hace anchísima como la pista de aterrizaje de un avión y con poquitas curvas. Para terminar nos quedan 15 km en los que la carretera se convierte en una pista de arena y piedras sueltas, acordándonos a cada paso de la familia del ingeniero de caminos responsable.


De Villanuena de Cordoba a Alcaracejos volvemos a la civilización, nos cruzamos con muchas motos que han salido como los caracoles, aprovechando el sol y la buena temperatura.

Luego tomamos la N-502 hasta llegar al pueblo minero de Almadén, poquitos coches hemos visto a nuestro paso, parece como si viajaramos por un lugar perdido y abandonado en mitad de España.

Entre Almadén y Saceruela la cosa cambia afortunadamente, estamos en la CM-415. Buen asfalto, curvas de todo radio, subiendo y bajando los montes de esta sierra, a ambos lados muchos cotos de caza llenos de encinas y alcornoques. Como seguimos circulando en solitario, llevo un poco de mosqueo pensando que en cualquier momento podríamos encontrarnos un animalito tipo jabalí, ciervo, corzo o similar, en mitad de la carretera saludandonos a corta distancia pero por fortuna no ocurre.

Annette ya me dice por el intercomunicador que el frio se apodera de sus pies y sus manos, yo sin embargo vuelvo a ir sin guantes desde Adamuz, reconozco que aunque el termómetro marca 14ºC el aire que me llega a mi en mi moto no es el mismo que le llega a ella en la Bandit. El carenado grande para viajar es imprescindible y los que utilizan una moto desnuda o semidesnuda en esta época del año merecen un monumento. Ole los cataplines de Annette!!!

Como ya es hora de parar a comer, el primer pueblo al que llegamos es Luciana. Paramos junto a uno de los bares pegados a la carretera, me bajo a preguntar si tienen sitio donde comer y no hay suerte, me indica el dueño que aquí no hay sitio para comer y que tendremos que recorrer 7km para llegar a un Restaurante.

Por fin, casi en Piedrabuena, vemos el restaurante "Los Pucheros", ya teníamos ganas de comer y Annette quería volver a sentir la sangre en los dedos.

                   Ahora entiendo por qué me sentía vigilado mientras comíamos en el restaurante.

Cuando terminamos la comida enfilamos hacia los Montes de Toledo, primer pueblo que cruzamos Porzuna (primo-hermano del pueblo cordobés de Porcuna). La carretera es bastante recta y un poco desgastada pero se puede circular bien.

Llegamos al Embalse de la Torre de Esteban Abrahan, el Parque Nacional de Cabañeros está justo frente a nosotros y podemos ver grupos de aves aterrizando para pasar la noche cerca del embalse. Ver el atardecer desde aquí es muy bonito y se respira paz.



El sol ya está muy bajo, nos acompaña hasta poco antes de llegar a Toledo, por último, los pocos kilómetros que nos separan de casa los hacemos sin parar, aunque pensábamos que por ser domingo habría atasco al entrar a Madrid tenemos suerte y no lo hay.

Hemos recorrido en total 1200km sin ninguna queja por parte de las motos y una sola por parte nuestra: se nos ha pasado volando.

Hasta pronto.

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