martes, 6 de septiembre de 2011

MOTEROS Y MAZMORRAS

Domingo a primeros de septiembre, el sol luce y los cielos están despejados, no podemos dejar escapar un día como este para salir con las motos, ya nos quejaremos en invierno cuando las lluvias y los fríos coincidan con los fines de semana y nos fastidien los planes.

Sin perder mucho tiempo y con el desayuno aun en el estómago salimos de Madrid por la M-607 rumbo a la sierra, un termómetro digital, de los que aún quedan junto a las carreteras, marca unos escasos 14ºC,  las chaquetas de verano se quedaron colgadas en las perchas gracias al buen criterio de Ana  y decidimos ponernos los chaquetones sin forro.

De camino a la sierra somos testigos de uno de los adelantamientos más ajustados que hemos visto nunca: un Octavia casi choca frontalmente con otro turismo al intentar adelantar a un camión en un lugar sin visibilidad, creo que pasamos más miedo los que pudimos verlo desde atrás que el conductor del Octavia.

Ya estamos a los pies del puerto de Navacerrada adelantando a muchos grupitos de ciclistas que intentan hacer cima en sus bicis emulando a Alberto Contador, algunos tienen que echar pie a tierra pues la dureza de sus rampas pueden con las fuerzas de sus piernas.

Voy delante en la subida pero en una curva a izquierdas los pezones de Ana me hacen un interior de escándalo, ohhhhh... ¿qué ha pasado?, por el intercomunicador me dice: ¡¡¡¡QUE FRÍO HACE!!!.

Paramos en la cima de Navacerrada (1.880m) acompañados por montones de senderistas que se están preparando para hacer sus propias rutas por los alrededores, tampoco cesan de pasar moteros madrugadores enlazando los puertos de la sierra norte: Navacerrada-Cotos-Morcuera,etc,etc





Tras las pertinentes fotos de tan bonito paisaje seguimos nuestra marcha dirección Segovia por la CL-601, gastando los flancos del neumático en los tornantis de "las 7 revueltas" y disfrutando de no encontrarnos con ningún coche en la bajada del puerto que nos hubiera "cortado el rollo".

Cuando ya no quedan más curvas hasta Segovia paramos a llenar depósitos y Ana aprovecha para abrigarse un poco más. Le digo muchas veces que es "monogrado": por debajo de 24ºC pasa frío y por encima pasa calor.

Otra parada técnica bajo los arcos del Acueducto de Segovia.





Salimos de Segovia por la N-110 dirección Soria y después de 30km giramos a la izquierda dirección a nuestro destino en el día de hoy: Pedraza.

Villa de origen medieval, totalmente amurallada y encaramada en lo alto de un cerro, fue declarada Conjunto Monumental en 1951.



La entrada y salida a Pedraza se hace por una única puerta (Puerta de la Villa), mucho cuidado aquí para los menos experimentados pues la subida tiene cierta pendiente, el suelo es de adoquines y nada más cruzar la puerta hay que girar muy cerrado a la izquierda.





Pasamos la puerta sin más problemas que un cierto aumento de la temperatura corporal (ahora Ana no se quejaba del frío jajajajaja.)

Bordeamos el pueblo hasta la zona de aparcamientos y dejamos las motos en lugar seguro, lejos de los conductores despistados que aparcan "de oído" y pueden tirar lo que se les ponga por delante.



Corto paseo por las calles de Pedraza, muy bien conservado y con cierto parecido a pueblos como Santillana del Mar o Castrillo de los Polvazares salvando las distancias.









Vamos directos a visitar el lugar más popular del pueblo: La Cárcel de la Villa, que justamente está al lado de la Puerta de la Villa. Tiene su origen en el s.XIII y reconstruida en el s.XVI.




En una visita guiada recorremos el interior de la cárcel conociendo cómo eran las mazmorras y las condiciones de vida que sufrían los que terminaban allí detenidos, en muchos casos no volverían a ver la luz del día.




Este artilugio servía de cama para los presos, por las noches dormían amarrados por los tobillos con esta prensa de madera para evitar que se fugaran.












Este agujero forma parte de los "servicios" que ofrecía la carcel, por aquí bajaba el pi-pi y el po-po












Estamos viendo los urinarios de los carceleros, con salida directa a la calle.














Cumpliendo condena y ella tan contenta.














¿Qué hubiera pasado si pierdo la llave y se queda encerrada?










Una vez terminada la visita, que dura unos 25-30 minutos, seguimos conociendo el pueblo.






Llegamos a la Plaza Mayor en la que hay montada una plaza de toros portatil que se utilizará en las próximas fiestas del pueblo.



Esta imagen de la Plaza me recuerda las escenas de la película "La Vaquilla" de Garcia Berlanga, alrededor de la plaza abunda la gente tomando el aperitivo antes de comer.





Nosotros también hacemos un reconocimiento de la zona para elegir el sitio donde comer y entramos en "Reberte" un pequeño restaurante que os recomendamos tanto por la atención que recibimos como por la calidad de sus platos.

Nos pedimos unos Judiones de la Granja y un Cochinillo del que aun recuerdo el sonido crujiente de su piel al partirlo. Estoy salivando con solo recordar el momento.




El chupito de hierbas, de parte de la casa, ayuda a que la comida baje lo suficiente para pensar en montarnos otra vez en las motos.

Lo último que vemos antes de marcharnos es el Castillo, con su correspondiente leyenda que dejo a vuestro criterio el creerla o no:  Cuenta la leyenda que, allá por el siglo XIII el noble señor del castillo se casó con una bella plebeya llamada Elvira que había tenido amores con un muchacho de su misma condición llamado Roberto. Al casarse ésta con el noble, el joven ingresó en un convento. Muerto el cura del castillo y teniendo que partir el noble de viaje hizo llamar a un nuevo monje, coincidiendo que este monje era el padre Roberto. A la vuelta, el noble se enteró de la relación de su esposa y el monje y se vengó, poniendo sobre la cabeza de Roberto una corona de hierro al rojo vivo, Elvira huyó hacia la torre y el noble prendió fuego a la misma. Dicen que el noble desapareció y no se supo más de él.



Retomamos las motos y seguimos con nuestra salida dominguera ya de regreso a casa. Para no repetir ruta (arte a veces dificil de conseguir) volvemos por el Puerto de Navafría (1.773m).



Durante toda la subida estamos metidos en un espeso bosque de pinos que esconde una divertida, bien asfaltada y solitaria subida.

En la cima del puerto ocurre como en el Puerto de Navacerrada, es limite provincial entre Segovia y Madrid. La carretera de bajada es igual de entretenida, además encontramos "vacas montañeras" de esas que ocupan la calzada cuando les da la gana creando cierta tensión en el ambiente cuando cruzamos las miradas.

Estamos bajando al Valle del Lozoya con su correspondiente embalse al fondo.



Inmediatamente volvemos a tomar altura para subir el Puerto de Canencia (1.524m) entre otro buen número de pinos que en la cima dejan un claro para ver la silueta de Madrid gracias al cielo despejadísimo que tenemos.


Esta es la ruta que hicimos trazada sobre el mapa,  por si quereis repetirla algún día.



Los últimos kilómetros hasta casa no tienen nada digno de reseñar, solamente que ponen un punto y aparte hasta la próxima salida que esperamos no tarde mucho en concretarse.

Saludos.

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